A finales de septiembre de este año 2020 los miembros del dúo Sweet Winds nos mudamos de la localidad de Berango (oficialmente 7217 habitantes en el último censo) -donde vivíamos desde muchos años- para instalarnos en un viejísimo caserío (anterior a 1800) situado en un barrio rural de los altos del Valle de Arratia (Bizkaia). Ha sido un cambio radical de entorno, visto que pasamos de una localidad ya urbana (estación de metro, paradas de autobuses, bares, supermercados, etcétera) a un entorno rural en un barrio sin ningún comercio, los más cercanos son los del pueblo de Zeanuri a varios kilómetros de distancia).
La mudanza tuvo que hacerse en muy pocos días, entre dos olas fuertes de la CoVid-19 y dos confinamientos estrictos durante los cuales los desplazamientos estuvieron drásticamente limitados por decreto al perímetro de los municipios y muy controlados.
Esta mudanza realizada en estas difíciles condiciones, inmediatamente seguida por nuestra instalación casi a marcha forzada en nuestro nuevo lugar de vida, complicó aún más los proyectos musicales en curso que ya estaban paralizados por la situación sanitaria (en especial los conciertos). Era por lo tanto imprescindible actuar en prioridad para mejorar nuestras condiciones de vida en el caserío y pasar del casí campamento del principio al distribuir espacios y determinar lugares de vida y otros de trabajo.
Por lo tanto, y de hecho, esta mudanza no tuvo en realidad demasiado incidencia sobre nuestro calendario musical, ya que igual que en Berango estuvimos la mayoría del tiempo confinados en nuestro caserío, Tuvimos que amoldarnos a la situación y desviar gran parte de nuestra actividad por un lado en ordenar la casa de manera adecuada para llevar a cabo nuestros diferentes proyectos, y por el otro trabajar a mejorar nuestros diferentes programas musicales. La belleza de los alrededores nos ayudó a aliviar las dificultades… La casa es grande y permite repartir espacios para cada una de nuestras distintas actividades. Por el momento se trata de montar nuestro pequeño estudio de grabación y nos planteamos la posibilidad de trabajar en línea (video streamimg y podcasts audio), pero hay que resolver bastante problemas técnicos. Se hará pués de a poco. La inmensa ventaja del caserío en comparación con el chalet adosado de Berango es no tener paredes medianeras, y por lo tanto no vecinos directos que podríamos molestar con nuestros ensayos musicales y nuestras sesiones de grabaciones como antes era el caso. Eso nos dio el aliento necesario pare avanzar poco a poco para enfrentar el por venir año 2021 ya un poco preparados. La gran incógnita siendo la evolución de la crisis sanitaria y la reglas que nos van a imponer para asentar esta llamada «nueva realidad»:
